12 de abril de 2018

LOS RASTREADORES DESAPERCIBIDOS


Por Juan Carlos Pérez Vertti Rojas

            ¿Quién no recuerda un paseo por Chapultepec? En este bosque todos tenemos un poco de la historia
de nuestras vidas, por ejemplo, cuando hicimos un pic nic con nuestra familia, quizá aquella ocasión en que nos fuimos de pinta al lago, tal vez a los juegos mecánicos, o algún romance preservado en un corazón dibujado en el tronco de un árbol. Sin embargo, Chapultepec es para otros algo más que un recuerdo, es un sitio fascinante, donde se encuentran maravillas naturales que no hay en ninguna otra parte de México y tal vez en ninguna parte del mundo. Es por ello que les invito a conocer a unos organismos que ahí habitan y que han pasado infinidad de veces a nuestro lado sin que lo hayamos percibido, son unas pequeñas avispas que reciben el raro nombre de icneumónidos.

LA MAQUINA PERFECTA

          
  La palabra Ichneumon proviene del griego y significa literalmente “rastreador”, descrita por Aristóteles como una avispa que caza arañas. Pertenecen al orden Hymenoptera, uno de los más extensos de la clase de los insectos. A este grupo pertenecen las abejas, las hormigas y los abejorros, entre otros. Los icneumónidos es uno de los grupos más grandes de todos los animales. Existen más de 60 mil especies en el mundo y más de 3,300 especies en América del norte y comprenden del 5 al 8 % de todas las especies de insectos.

            Su cuerpo está diseñado para ser un excelente cazador: generalmente de cuerpo delgado, con patas y antenas largas, que les sirven para identificar a su presa rosándola con la punta de éstas últimas. Sus antenas son tan sensibles que pueden percibir insectos que se encuentran dentro de la corteza de los árboles. Su tamaño va de 3 milímetros hasta 4 centímetros, ideal para dispersarse por cualquier sitio.

            Son comunes en todos los ambientes terrestres desde los polos hasta los bosques tropicales ecuatoriales, incluso pueden ser encontrados en jardines y bosques urbanos. Pueden ser vistos en las copas de los árboles o cerca del piso y son muy raros en lugares carentes de vegetación; aumentan su actividad en el verano o con el calor. Muy pocos son nocturnos. Tal vez ya los has visto pero quizás lo hayas confundido con un mosquito.

            Los icneumónidos son importantes para el hombre por su función polinizadora y como controladores biológicos de otros insectos plaga debido a que todos los icneumónidos son parasitoides de insectos o arañas. A pesar de ello, han sido poco estudiados a nivel mundial.

EL DEPREDADOR QUE INSPIRO LA PELICULA DE ALIEN

            Es importante definir el concepto ecológico de la relación entre 2 organismos en la que uno de los dos sale perjudicado y el otro beneficiado. En este tipo de interacción existen distintos términos que reflejan el resultado de beneficio-pérdida como pueden ser la depredación, el parasitismo y el parasitoidismo.

            Un depredador es aquel que busca, atrapa y devora a sus presas, necesitando más de una para
completar su desarrollo.

            Un parásito es aquel que vive a expensas de otro organismo (huésped), ya sea dentro o fuera de él y que por lo regular es uno solo a lo largo de su vida. La condición del parásito es mantener siempre vivo al huésped.

            Los parasitoides son aquellos organismos que buscan a sus huéspedes para depositar sus huevos (oviposición), dentro, sobre o cerca de ellos. En general un huésped es suficiente para que se desarrolle uno o más parasitoides.

            Estas son las diferencias entre parasitoides y parásitos:

·       Los parásitos normalmente son mucho más pequeños que el huésped. En los parasitoides los adultos suelen ser del mismo tamaño o más grandes que el huésped.

·       Por lo general el número normal de parásitos no mata al huésped, mientras que con los parasitoides el huésped resulta muerto al momento de la emergencia de la nueva generación de parasitoides.

·       Un mismo huésped normalmente es suficiente para que los diferentes estadios larvales del parásito completen su desarrollo. Las formas adultas generalmente no se alimentan o utilizan otros recursos.

            Cuando vuelvas a ver una película de los alien recuerda que por la forma en la que atacan a sus víctimas son parasitoides y no parásitos.

            Volviendo con nuestro anfitrión, los icneumónidos atacan larvas y pupas, nunca insectos adultos. Tampoco atacan huevos, excepto algunas veces que ovipositan dentro del huevo y luego matan el estado larval o pupal restante del huevo. Algunos icneumónidos han divergido del hábito común de parasitar capullos, para atacar huevos de insectos; nidos de pseudoescorpiones o sacos de huevos de arañas. En esos casos el icneumónido se come los huevos por lo que técnicamente la larva es un depredador más que un parasitoide porque se alimenta de más de un individuo para su desarrollo.

            Las hembras cuando atacan primero pican una vez a sus huéspedes. Las que atacan larvas de vida libre lo hacen para paralizar temporalmente mientras ovipositan. Las de larvas encerradas en espacios o en fase prepupal o pupal pican más a menudo para mantener permanentemente paralizados. Esa parálisis previene que el huésped lastime al huevo del parasitoide o a su larva, e impide el desarrollo del huevo del huésped hasta que éste es consumido. Los adultos no beben comúnmente los líquidos de su huésped cuando atacan.

            Los huéspedes de los icneumónidos incluyen larvas de insectos pertenecientes a los órdenes Lepidoptera (mariposas), Hymenoptera (otras avispas), Diptera (moscas y mosquitos), Coleoptera (escarabajos), así como arañas.

UNA ISLA EN EL D.F.

            En el transcurso de su historia el Bosque de Chapultepec ha tenido diversos usos: utilizándose como casa de campo, residencia, coto de caza e incluso ha sido objeto de prácticas agropecuarias, comerciales y de acuacultura. Pero siempre ha sido un refugio para ciertos organismos. A pesar de que hay mucha información acerca de la historia del Bosque de Chapultepec, los estudios referentes a su fauna silvestre son muy escasos.

            Todos los cambios que ha sufrido esta área han dado como resultado la estructura actual de este parque, con un medio acuático y uno terrestre; aunado al hecho de que la mayoría de las especies vegetales son introducidas, le confieren una gran variedad de recursos potencialmente útiles para los animales, en particular para los insectos. Uno que ha logrado establecerse con éxito en este parque son los icneumónidos.

 
           En el siglo XIX los naturalistas que visitaron México describieron algunas especies, tanto animales como vegetales, basándose en ejemplares colectados en el Bosque de Chapultepec, por lo que se considera a este sitio como la localidad tipo de estas especies.

            A sabiendas de esto en julio de 1992 se inició una colecta sistemática de avispas en las tres secciones del bosque de Chapultepec y que terminó en junio de 1993. El propósito era obtener un censo de los icneumónidos que ahí habitan. Durante ese año se obtuvieron resultados muy interesantes ya que de los 614 ejemplares colectados el 60.4% de ellos fueron nuevos registros para el D.F. y el 13.2% fueron nuevos para la República mexicana. Los nombres de estos géneros de icneumónidos aparecen en las tablas 1 y 2 respectivamente. Todos se integraron a la colección de insectos del Museo de Historia Natural de la Ciudad de México.

            Lo anterior nos lleva a reflexionar que Chapultepec sigue siendo un misterio en cuanto a los animales que ahí existen y que por diversas razones no se han estudiado y por otro lado que cuando estemos en este bosque y un bicho se nos acerque lo miremos con mayor detenimiento, tal vez se trate de una especie nueva y tengamos el honor de descubrirla.

NUESTROS ACOMPAÑANTES NOCTURNOS


Por Juan Carlos Pérez Vertti Rojas.

 

           
Al caer la noche y bajo la protección de las sombras, emergen de sitios oscuros y comienzan a deambular por toda la casa; también nos los topamos en las oficinas, en las fábricas o hasta en la calle. Para algunos son motivo de espanto, para otros de sorpresa cuando se tiene un contacto visual con ellos. A veces sólo los escuchamos entre sueños, arrastrando cosas de aquí para allá, manifestando que por ahí se encuentran, aunque no los podamos contactar. Con fastidio o temor encendemos la luz y desaparecen, cesan los ruidos y todo parece estar en calma.

            Su rostro peludo, sus enormes orejas y sus fuertes incisivos son su tarjeta de presentación. Incómodos inquilinos, se instalan a la menor oportunidad y deshacerse de ellos es prácticamente imposible. Los ratones son un grupo de mamíferos pertenecientes al orden de los roedores por su incesante hábito de mordisquear, en donde también encontramos a parientes de ellos como castores, ardillas, capibaras, conejillos de indias, hámsters, chinchillas, agutíes, marmotas, y las bien conocidas ratas.

 

UNA GRAN FAMILIA

            Los roedores son el orden con mas especies dentro del grupo de los mamíferos con cerca de 2000 de ellas. Los podemos encontrar en cualquier ambiente terrestre y de agua dulce. Gracias a los hombres encontramos roedores por todo el mundo, ya que fuimos los humanos, sin ninguna intención, quienes los llevamos a sitios como Nueva Zelanda en donde no se encontraban de forma natural.

            Los ratones son seres muy prolíficos. El ratón casero se aparea cada 10 o 17 semanas durante todo el año y son capaces de dejar hasta 10 crías en cada camada. A ese ritmo una sola pareja de ratones es capaz de llenar con 50 ratoncitos nuestro hogar, sin contar que estos madurarán en pocos meses y serán capaces de dejar descendientes también.

 

MAS INDISCRECIONES

            Los ratones miden pocos centímetros, los más grandes llegan a los 17 centímetros incluyendo la cola que es casi la mitad de la longitud total. Su pelaje grisáceo en la parte superior y algunas veces salpicado de negro le permite pasar inadvertido en los rincones con penumbra. Sus patas rosadas presentan uñas fuertes lo que les ayuda a trepar con facilidad, lo mismo que su cola que es capaz de trenzarse en los objetos para ayudarle a sostenerse. Sus grandes ojos oscuros les permiten ver fácilmente en la oscuridad, por lo que las oquedades de la casa son buenos refugios para ellos. Es interesante saber que sus dientes incisivos les crecen constantemente, por lo que tienen que desgastarlos mordiendo objetos duros, así los mantienen cortos y afilados. De esta manera no sólo los emplean para conseguir el alimento, sino también para construir sus madrigueras, aún en las paredes más duras.

 

LA CURIOSIDAD QUE MATO AL GATO

            Se han creado muchos mitos alrededor de los ratones, algunos con razón justificada, otros basados en la ignorancia. Por ejemplo, se dice que los ratones al envejecer se transforman en murciélagos, lo cual es totalmente falso, ya que ambos tipos de mamíferos pertenecen a distintos grupos. También se dice que los enemigos naturales de los ratones son los gatos, en este caso se debe señalar que el instinto cazador y la curiosidad del gato ante los movimientos del ratón lo atraen. En ocasiones los gatos sólo se prueban sus habilidades cazadoras y atrapan los ratones no siempre para comerlos, sino para jugar con ellos un rato, lo que acaba por matar al ratón (tal vez por un ataque cardiaco). Para finalizar se señala que los elefantes les temen a los ratones, este mito se basa en el hecho de que el elefante es un animal que se pone nervioso al no distinguir fácilmente que es lo que se mueve alrededor de él, pero no precisamente por temor.