Ahora que estamos listos y preparados para una disertación sobre la taxonomía, ecología, hábitat y distribución de sus respectivos mamíferos, me permito ejemplificar algunos aspectos relevantes, y referentes a estos temas sobre un pequeño animalito que es digno de toda mi admiración y del cual quisiera compartir algunas características deseando que sea de su agrado también.
Una mascota excepcional
Si desearas adquirir una mascota ¿qué escogerías: un perro, un gato o tal vez un canario? Si te gustan las emociones fuertes déjame hacerte una oferta que difícilmente rechazarás. ¿Te imaginas a una criatura extraordinaria, con la que ni tus más acérrimos cobradores se te acercarían? Intenta adivinar de quién se trata...Es un dinosaurio, el más conocido de todos los tiempos, pertenece al grupo de los Carnosaurios (se caracterizan por tener unas patas robustas y poderosas pero brazos cortos). Su nombre proviene del latín, significa el “Rey de los tiranos” y le fue asignado por su descubridor el profesor Henry Fairfield Osborne en 1905. Claro, ahora sabes de quien estamos hablando.
El tiranosauro tenía 15 m de longitud, tan largo como un autobús y erguido llegaba a los 6 m de altura, casi tan alto como una casa de tres pisos, su peso era de casi 8 toneladas, lo que pesarían un elefante africano y su cría. Su cabeza medía 1.5 m de largo y poseía dientes de diferentes tamaños, el más grande de ellos llegaba a medir 18 cm de longitud, casi tan largo como un cuchillo de carnicero o como tu mano estirada. Sus poderosas y largas patas alcanzaban un tamaño de 3 m de altura, de tal manera que un humano le llegaría sólo hasta las rodillas. En contra parte sus pequeños brazos tan sólo medían 76 cm (tan largos como tus brazos), aunque estaban provistos de poderosos músculos. El primero fue hallado en Montana en 1902, y se han encontrado 4 especies, Thyrannosaurus rex, Daspletosaurus torosus, Albertosaurus libratus y Tarbosaurus bataar. Todos ellos solamente en Norteamérica y Asia.
Una historia aterradora
Apareció hasta mediados del Cretácico y durante su estancia en el planeta fue el terror de todos los organismos que se le cruzaban en el camino. Para darnos una idea de su potencial imaginemos la siguiente historia:
Dentro de los cálidos bosques del mesozoico una horda de triceratopos saciaban su sed en una laguna formada por la abundante lluvia que refrescaba las tardes. Sin que ellos lo sospecharan, oculto por el sorprendente camuflaje de su piel en el follaje, dueño de un cerebro que le permitía planear mejor su ataque, un tiranosauro se encontraba al asecho en espera de acertar el golpe preciso. Un de los triceratops percibe el peligro, pega su mandíbula al piso para detectar cualquier movimiento, pero antes que pueda emitir cualquier señal de alerta, el tiranosauro da un espectacular salto y derriba a uno de los triceratops, el caos se produce, los otros comienzan a huir, lo que descontrola temporalmente a su feroz oponente, mientras el herido trata de ponerse de pie, el golpe que recibió del hocico del tiranosauro le ha roto algunas costillas y se sofoca mientras los demás se alejan despavoridos. El herido animal se ha puesto en guardia y dispuesto a vender cara su vida, con su exuberante coraza que crece por encima de su cabeza cubre su cuello y sus amenazantes cuernos que se proyectan sobre su rostro se elevan para el contraataque, el tiranosauro gira su cabeza de un lado a otro apoyada por su musculoso, flexible y corto cuello que le permite moverla rápidamente en todas direcciones, mientras su cola le ayuda a mantener el equilibrio como un timón y contrapeso al mismo tiempo, una y otra vez lanza mortales mordidas y esquiva ágilmente las embestidas de su retador. La eficacia del depredador lo ha declarado vencedor ya que un mal ataque del triceratops y su cuello queda al descubierto a merced de las poderosas mandíbulas, quienes con eficaz tarascada han puesto fin a la victima. El tiranosauro sacude bruscamente su cabeza para desgarrar piel y músculos de su alimento, sus curvados y aserrados dientes se hunden en la carne como cuchillo en mantequilla, sus patas desmenuzan los restos de lo que fue el triceratops. Con estrepitosos rugidos ahuyenta a todo a aquel que intente quitarle su trofeo.
El verdadero rey
Tanta eficacia sólo es comparable hoy en día con el tiburón en los mares, por lo que el cetro para los carnívoros terrestres de todos los tiempos, a pesar de sus dimensiones, ha ceñido la corona en el tiranosauro. Pero, ¿cómo lograba este rey tal eficacia? Su esqueleto ha revelado todos los secretos de una maquinaria depredadora formidable.
Su cráneo posee una serie de ventanas extras a las oculares que le permiten insertar y dar soporte a los músculos de la mandíbula con lo que la hacen más poderosa. Estas mismas aberturas craneales le dan una ligereza a la cabeza por lo que el animal tenía facilidad para moverla sin que le resultara un lastre. Sus dientes eran grandes, curvos, cónicos y aserrados, ideales para sujetar, hundirse en la carne y desgarrarla. El cinturón pélvico (cadera) era ancho, permitiendo la vasta sujeción de los músculos de las patas y estaba sólidamente fundido con la columna vertebral para soportar la tensión cuando el animal estaba de pié. Sus largas y poderosas piernas no sólo le daban soporte al cuerpo, sino que estaban diseñadas para desgarrar y herir a sus presas tal y como lo hacen las águilas actualmente. Su cola (que hoy en día nos se ha encontrado una completa y su longitud se ha determinado por promedio con la de otros carnosaurios) le servía como balancín y le ayudaba a estabilizar al organismo en movimiento. Tal vez, sus extremadamente cortos brazos, sean su único punto todavía no claro. Se ha sugerido que éstos le servían al organismo tan sólo para levantarse del suelo cuando el tiranosauro estaba echado. Esto se basa en su gran cintura pectoral a la que se unían fuertes músculos que movían sus brazos. Otra hipótesis es que tal vez le ayudaban a sujetar a su enamorada durante el apareamiento. O siendo lamarckistas, su desuso fomentó su deterioro.
La polémica continúa
Sólo existen dos polémicas acompañadas a la estructura de este coloso. La primera que ya ha sido resuelta es con respecto a su postura. Las primeras veces que se armó su esqueleto se le colocó en posición erguida (tal y como se vería un canguro), lo que implicaba serios problemas en su sistema de locomoción, pues un depredador con estas características en vez de ser veloz debió haber anadado, es decir, caminar como pato, con lo que no hubiera sobrevivido por mucho en la faz de la Tierra. Con el transcurso del tiempo y con un estudio más profundo en la anatomía comparada se han armado nuevamente los esqueletos dándole una posición de “T”, donde sus patas serían la base de la letra y la cola, columna y cráneo serían la barra superior, con lo cual el depredador sería más eficaz en sus ataques.
La segunda polémica y que comparte con el resto de sus compañeros dinosaurios es la temperatura de su cuerpo. Se ha señalado que los dinosaurios pertenecientes al grupo de los reptiles, se caracterizan por tener la sangre fría (ectotérmicos) y si un tiranosauro tuviera esa característica la velocidad máxima que alcanzaría sería solamente 7 km/h y apenas correría unos cuantos metros antes de agotar totalmente su energía, por lo que se sugiere que estos organismos deberían haber sido de sangre caliente (endotérmicos), con lo cual desarrollarían una velocidad mayor de casi 45 km/h aunque sólo en distancias cortas. Sus robustas piernas le ayudarían a cubrir más terreno gracias a su longitud, aunque estas no se movieran muy rápido, por lo anterior se piensa que no perseguían a sus presas, sino que las asechaban. Sin embargo todavía no se ha esclarecido el punto de la endotermia.
Cuando los científicos estudian a un organismo lo clasifican en categorías que tienen un determinado significado que facilita su comprensión y el tiranosauro no es la excepción:
Posición taxonómica Denominación Significado
Orden: Saurischia Cadera de lagarto
Suborden: Theropoda Pie de animal
Infraorden: Carnosauria Gran carnívoro
Familia Thyrannosauridae
Género: Thyrannosaurus
Especie Thyrannosaurus rex Rey de los tiranos