4 de diciembre de 2010

POR QUÉ SOY UN DEMONIO

Desde hace cierto tiempo vengo comentándoles que pertenezco a un tipo diferente de humanos, esto no quiere decir que seamos de diferente especie (al fin de cuentas nuestro número cromosómico es el mismo), lo que quiero señalar es que he decidido unirme a un grupo muy especial, a uno que ustedes desconocen pero que se puede decir que es un tipo de demonio conocido como Vampiro…

Las evidencias más antiguas de vampiros se remontan a civilizaciones como la de los babilonios hace 4 mil años y corresponden a la un gráfico de un humano succionando sangre y de ahí se han extendido por todo el mundo. Los países de Europa Oriental, curiosamente, comparten firmemente la creencia en los vampiros (del rumano: “No muerto”), aunque según la región los denominen de manera diferente, por ejemplo: los Strigoi, que son aquellos seres que vuelan de noche y se alimentan de la sangre de los niños durmiendo. Desde el siglo XIII, los gitanos con su vida paria se han encargado de explicar muchos de los aspectos fundamentales de estos seres, a los que ellos nombran “Mullo”, los cuales abandonan sus tumbas en forma de niebla gracias a los agujeros que hay alrededor. Otros nombres que reciben, de acuerdo a la zona europea son “Striges” (mitad pájaro, mitad vampiro) y “Lamias” en Grecia, las versiones femeninas de los vampiros, pero cuyos objetivos eran principalmente los hombres y los niños. Tanto los Striges como las Lamias son confundidas con brujas dado su capacidad de volar y transformarse, es por ello que la India y otros lugares asiáticos les llaman “Loogaroo”.

Pero no quiero relatarles lo que pueden encontrar en cualquier libro, lo que voy a comentar es sólo una pequeña parte de lo que el gran libro Grimorio dice; aunque es posible que ustedes ni siquiera sabían de su existencia, este texto es la obra maestra de donde puede conocerse la verdad sobre los demonios llamados vampiros, si esos seres reales, nada enamoradizos, ni cariñosos y sí, portadores de catástrofes (en griego, Nosferatu).

Comencemos con la Luna llena, nuestro maravilloso satélite natural reflejando hacia una zona del planeta la luz del Sol, génesis de toda la vida. El plenilunio pude llevar a que se despierte lo más profundo de nuestro cerebro y nos haga actuar de una manera misteriosa y, tal vez, sin sentido. Selene nos hace caminar sonámbulos, ese estado en el que parece que dormimos, pero es cuando nuestros sentidos están más alerta y en contacto con los umbrales de nuestro pensamiento, es aquí donde surge el primer encuentro con el verdadero vampirismo, ya que hay una manera en la que un sonámbulo convierte a un humano en vampiro, la forma no la voy a relatar, pero queda establecido que un humano puede llegar a ser uno de estos demonios.

Tradicionalmente los vampiros se han descrito de la siguiente manera: “… descansan en ataúdes y al atardecer comienzan sus poderes, los cuales se prorrogan hasta el amanecer. Son seres de complexión mortalmente pálida, semejante a la de un cadáver, exudan penetrante hedor a muerte, espantosamente feos, dotados de hipnóticos ojos inyectados de sangre, con labios perturbadoramente rojos que cubren una temible hilera de dientes largos afilados, dos de ellos en forma de colmillos y con terrible mal aliento y por su puesto carentes de alma, porque están alejados del cielo, es por ello que le temen a los símbolos sacros…”.

Afortunadamente y mientras se sigan dando descripciones de los vampiros como la anterior, la humanidad pasará mucho tiempo conviviendo con ellos, pero sin que lo noten.

Reflexionemos en ciertos detalles de lo anteriormente decrito para mostrar su falacia y equivocación. En primera lugar, los féretros no son utilizados por la humanidad sino hasta el siglo XIX para evitar que los perros u otros animales se alimentaran de los cadáveres.  Por lo que nos preguntamos ¿Los vampiros anteriores a ese tiempo dónde descansaban?

Segundo: los colmillos aparecen como parte del ente hasta la literatura del siglo XIX, entonces eso significa que: ¿antes no los poseían? Un error más en la descripción vampírica.

Tercero, el temor a los crucifijos fue utilizado como "gag" en la novela de Drácula, así como las ostias y otros símbolos religiosos. Sabiendo que sólo el 16% de la población mundial es católica y que existen diferentes tipos de religiones ¿a cuál pertenecen los vampiros para sentir temor por alguno de sus símbolos? ¿Se imaginan a un vampiro huyendo ante la imagen de un Budda?

Cuarto, la idea de que los vampiros no tienen reflejo por carecer de alma, también es invención de Stoker y es sólo a partir de su novela es que se difunde esta idea basada en la creencia de que el reflejo de un espejo es en realidad tu alma ¿A caso no sabías que los siete años de mala suerte por romper un espejo es por el daño que le haces a tu propia alma? (si es que el alma tarda en repararse siete años).
Sin embargo hay muchas personas que quieren saber cómo son los vampiros, muchos de ustedes lo han manifestado. Un lugar dedicado a investigar cómo son los vampiros es el “Vampire Research Center” (no confundir con otros centros acrónimos) en Nueva York, que busca y obtiene informes sobre vampiros activos en todo el mundo y donde tal vez ustedes puedan encontrar algo más de lo que buscan, sólo estén seguros de lo que hacen.

En esta etapa les daré un primera aproximación a lo que son los verdaderos vampiros, por lo que explicare primero lo referente al porque se les denomina demonios.

En la religión, folclore y mitología cristianas, un demonio es un espíritu sobrenatural, generalmente malévolo, es muy interesante, aunque deprimente, la paranoia que los cristianos tienen sobre el demonio y la concepción de éste, para no transcribirlo mejor pongo el enlace: http://www.corazones.org/diccionario/demonio.htm

En otro extremo, no faltan páginas llenas de sarcasmo y burla para el demonio como en el siguiente enlace (por cierto, no apto para menores, ni fanáticos): http://www.frikipedia.es/friki/Demonio

Sin embargo, de acuerdo con la mitología griega, los demonios eran seres humanos utilizados por los dioses griegos para llevar las malas noticias al pueblo. De ahí viene la asociación de «mensajeros del mal». Por otra parte los mensajeros (άγγελος o ángelos) eran los que llevaban el mensaje entre los dioses. Estos eran considerados seres excelsos, ya que permanecían entre los gobiernos (montes) de los dioses y no se daban a conocer al pueblo.

Aunque hay otra concepción que es la que mejor define a un demonio: los filósofos griegos de las corrientes socráticas (tales como Platón, discípulo de Sócrates) mencionaban que los demonios eran seres encargados de otorgar el saber y guiar al humano, tal y como lo menciona Platón en la apología de Sócrates mencionándolo como «el hombre que siempre tuvo un dæmon a su lado». En pocas palabras, y de acuerdo con esta etimología; DEMONIO significa conocimiento y es lo contrario a la oscuridad.

En otras palabras, la ciencia es "luz en la oscuridad". Es una idea que aprendimos hace muchos años, desde que empezamos a estudiar. Las verdades que revela la ciencia superan a los sueños o ficciones que destruye, y aunque el conocimiento científico no sea aún capaz de explicarlo todo, es el mejor instrumento que podemos usar para iluminar el mundo ante nuestros ojos.

No es un secreto que en el mundo hay optimistas y pesimistas, algo que siempre parece interesante. La visión pesimista piensa en un mundo rodeado por la oscuridad, una que ni siquiera nuestros conocimientos científicos puede eliminar. Pero en forma optimista, si vemos más oscuridad deberíamos alegrarnos, porque eso significa que quedan más cosas por descubrir. Entonces esa llama en la oscuridad ya es un refugio, por muy pequeño que sea, ante un mundo lleno de supersticiones y miedos ancestrales. La ciencia es como una llama en la oscuridad.

En nuestra sociedad se da la paradoja de que un avance tecnológico sin precedente va acompañado de un auge de creencias irracionales y a lo peor peligrosas, en lugar de ver paredes llenas de secretos, lo que vemos es más oscuridad. En un mundo en el que las oportunidades de recibir una educación superan a las de cualquier otra en la historia de la humanidad, hay mucha gente que cree firmemente en la astrología, o en que civilizaciones extraterrestres avanzadas no tienen nada mejor que hacer que venir a la Tierra a estudiarnos, o que ciertos cristales emiten misteriosas energías que tienen poderes sobrenaturales, o que se pueden ejercerse influencias mágicas usando otros objetos. No porque nos neguemos a aceptarlas (en todo momento hay que mantener la mente abierta), sino porque no se han encontrado pruebas convincentes que las apoyen. Creencias todas ellas defendidas en muchas ocasiones con argumentos falaces, como la descripción de los vampiros y/o demonios.

La visión vampírica se trata principalmente de una defensa apasionada de la ciencia, entendiendo ésta como un método para explorar la realidad y no como un conjunto fijo de conocimientos y a lo mejor con otros propósitos menos nobles.

El mundo sigue siendo demasiado complejo y difícil de entender y quizás esto haga natural que mucha gente se refugie en seudociencias que prometen una explicación simple. Pero si en verdad queremos comprender y conocer la posición de los demonios llamados vampiros tenemos que usar un método racional que fundamente lo que describe y no que sea presa fácil de lo esotérico.

(Continuará)