Por Juan Carlos Pérez Vertti Rojas
Las leyes de la vida nos señalan que todos los organismos nacen, crecen, se reproducen y mueren.
Este ciclo se mantiene constante mientras no se altere la situación reproductiva. Si hay una característica que se pueda considerar esencial para su vida es la capacidad de reproducirse, es decir, la capacidad para perpetuar la especie, tanto en el tiempo como en el espacio. Los descendientes constituyen nuevas generaciones y sustituyen a los organismos que ya murieron.
Pero ¿Qué pasa cuando los organismos dejan de perpetuarse? Se produce inevitablemente su desaparición, y no sólo la del individuo, sino la de la población entera y si la escala es mayor, la de la especie por completo, en otras palabras, se extingue.
Sin embargo: ¿Cómo se sabe cuando un ser está muerto?
Actualmente se considera a una persona muerta cuando tiene muerte cerebral (lo que implica que el individuo ya no tiene conciencia de su entorno); le da un paro respiratorio; paro cardiaco; o la combinación de éstas. Bajo esta situación la determinación de la muerte puede ser dificultosa.
Gracias al avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener la actividad cardíaca y con respiración artificial a una persona cuyo corazón ha dejado de latir y no es capaz de respirar por sí misma en cuidados intensivos. Por ello podemos afirmar que perder alguna de éstas funciones no significa estar muerto.
Debido a esto, se han desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la vitalidad cerebral como la Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT cerebral), la Panangiografía cerebral y el Ultrasonido transcraneal.
Pero aún así hay dudas para dterminar certeramente la muerte de alguien. Después de que estos órganos vitales han dejado de funcionar, las demás células de nuestro cuerpo se mantendrán vivas mientras tengan un sitio seguro y con alimento, y esto puede ser durante mucho tiempo. es decir no nos morimos completamente...
Ahora, si todo cambia y muere, pero nada se pierde, sino que todo se transforma, entonces, ¿Qué es la vida y qué es la muerte?, ¿Qué hay detrás de la vida y qué tras la muerte, si es que algo hay?, ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?La Tanatología es la disciplina que estudia la muerte de los seres humanos y está enfocada a establecer el tránsito de muerte, entre el posible finado, su familia y el personal médico que lo atiende (en los casos correspondientes), que le ayuden a morir con dignidad. También se encarga como rama de la Medicina Forense, de estudiar y determinar las causas de la muerte.
¿Y tú qué tanto le temes a la muerte, y en particular a tu propia muerte?Para enfrentar la muerte existe el duelo. El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. Las personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios: Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira, falta de
sueño o sensación de náusea, algunas personas se cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras descubren que su fe es más fuerte que nunca
El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la persona que falleció.
Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que falleció?
Uno de los aspectos más interesantes del duelo, es que cuando no lo afrontamos empezamos a mezclar la realidad con nuestras fantasías. Esto significa la aparición de seres provenientes de otros mundos. Sí, aunque no lo creas, el no enfrentar el miedo a la muerte o el no aceptarla como el término de todo, genera los famosos fantasmas, espectros y apariciones, por lo menos a nivel psicológico, porque también existen otras explicaciones físicas a ciertos espectros que vagan por nuestras vidas.
Como te habrás dado cuenta, no es un problema personal, es un problema de la humanidad. La mayoría de las personas no nos resignamos a que todo se acabe y empleamos nuestras ideas en la formación de una vida más allá de esta, de la que es posible escapar y regresar, es decir, de aferrarse a permanecer aquí. Sea como se llame la religión, todas ofrecen la esperanza de mantenerte vivo en otro lado y que no puedes dejar pendiente nada aquí porque si no te manifiestas y das lata a los vivos hasta arreglar tus asuntos. Lo peor es cuando te manifiestas como espíritu chocarrero.
Piénsalo, no te voy a afirmar que existe un más allá y seres que lo habitan y transitan a nuestro mundo (tampoco lo puedo negar categóricamente), pero sí te voy a afirmar que mientras la humanidad no madure con respecto a la muerte, seguirán existiendo todos esos misterios relacionados con los fantasmas y las leyendas que los sustentas serán verdades incomprobables.